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Asociación las Nieves

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Tarugo

La miseria de nuestro país

13 de Diciembre de 2011

Hace tres años que publicamos esta nota. La vida cambió para muchos de los animales que fueron acogidos en nuestra aldea. Unos encontraron pronto un hogar y algunos como Selva y su hija Jazmina continuan con nosotros, viviendo felices entre otros de su especie, pero la situación que aqui se describía no ha cambiado en todo el tiempo transcurrido.

¿Cuándo entenderemos que la esterilización de animales es la única solución para comenzar a ver la luz al final de este oscuro túnel?
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Junio 2008

Hace unos dias llegaron a nuestro albergue varias madres con cachorros.

La primera fue Maya con sus cinco bebes, rescatada de Valmojado, a los que cuidaba amorosamente. Pocos dias después llego Katia con sus cuatro bebes. Tan pronto vió que con nosotros todos tenían asegurada la comida, el agua, el cobijo y naturalmente cariño, los “abandonó” a nuestro cuidado prefiriendo estar sola con otros adultos. Maya “adoptó” a los cachorros de Katia, a los que cuidaba como suyos y hoy tanto ella como los nueve bebés ya han viajado más allá de nuestras fronteras en busca de hogar.



Ayer llegaron a nuestro albergue, procedentes de una zona derruida junto a la N-IV una joven mamá mestiza con tres cachorros. El resto de la camada ya había muerto.
Su aspecto es absolutamente desolador y parece que hasta ellos sienten vergüenza de mostrar lo que es la miseria de este terrible país, donde el abandono de animales se encuentra a la orden del día, sin que nadie quiera tomar medidas para evitarlo. Sólo la madre se siente feliz.



Animales abandonados en la calle o campos de nuestro país, con la consecuencia de nuevas camadas que deben sufrir terriblemente hasta su muerte de hambre, sed, parásitos, atropellos y en muchas ocasiones además el maltrato y sadismo de los humanos.



Lo más doloroso de estas pobres criaturas no es ver su frágil y famélico cuerpo prácticamente desnudo de pelo por la sarna, ni sus orejillas, patas y cuello deformado por las garrapatas, ni sus ojos llorosos e infectados.

Lo más terrible es su mirada triste, vacia ya, en un ser que se supone tiene toda una vida por delante. Que debería estar jugando, saltando, corriendo y que por contra se esconde de las miradas de los demás y apenas soporta la presencia de un ser humano, como si simplemente se preguntara ¿qué hago yo aquí, aparte de sufrir?.



Por el momento cuidamos de ellos. No sabemos si podrán sobrevivir a la horrible experiencia que para ellos ha supuesto nacer en la calle y sus consecuencias. Al menos nos proponemos que desde su llegada a LAS NIEVES reciban todo el amor al que tienen derecho, además de todos los cuidados veterinarios que precisan.

Mientras tanto no podemos, ni debemos olvidar, que en nuestro país seres como éstos nacen y mueren todos los dias, además de los miles que son sacrificados en perreras o entregados sin “controles de adopción” y sin esterilizar. Solamente la educación de nuestros conciudadanos y las campañas de información y esterilización, podrá conseguir que en un futuro nuestro país reduzca el número de abandonos y muertes de animales de compañía.

p.d. (4/10/2008) En el nº 9 de nuestra revista os contamos qué fue de ellos.

 

In Memoriam

26 de Noviembre de 2011

Hay sucesos que marcan un antes y un después en nuestras vidas. Para LAS NIEVES ese dia llegó el 9 de Septiembre de 2001.

Aquella mañana de domingo ibamos a colocar una nueva puerta de acceso al albergue. Marchábamos con toda ilusión y por el camino comentábamos cómo sería toda la preparación del trabajo para no pasar mucho calor. En aquellos tiempos, en los que sólo nosotras nos ocupábamos de atender a todos nuestros perros, con alguna persona que colaboraba por la tarde en la limpieza, y hacíamos incluso las obras de albañilería, cada avance en las instalaciones era un gran acontecimiento.

Según llegamos, el habitual recibimiento con ruidosos ladridos, nos sonó diferente y de inmediato cesamos con nuestra charla. Os parecerá de locos, pero no, con el transcurrir de los años hemos aprendido a reconocer la diferencia entre unos ladridos y otros. Ese ya lo conocíamos. Por desgracia, era muy habitual…. La alegría se borró de nuestros rostros y saltamos rápidamente de la furgoneta.

Por aquel entonces el albergue era igual de grande en extensión, pero la zona construida era muy pequeña. Habia unos cuantos perros que vivían fuera de la zona de habitaciones y nosotras les habiamos construido unas casetas para que se protegieran de la lluvia y del sol, pero ese dia un número mayor del habitual corría sin rumbo de un lado a otro del albergue, asustado y  ladrando con gran agitación.

Nuestros peores pensamientos se vieron cumplidos cuando vimos todas las puertas de las habitaciones y la de comunicación entre ambas zonas abiertas. Todos los perros corrian sin cesar, como perdidos. Y entre ellos, le vimos a él. A Jose, un galgo marrón, atigrado, que no se dejaba tocar por nosotras, pero que se sentía seguro con los demás perros. Su cara mostraba un pavor terrible y su boca babeaba sin parar. Podia imaginar el latir de su corazón, pues el mio latia de la misma forma. Nuestros ojos buscaban ávidos entre los más de 150 perros que en aquellos momentos vivian en Las Nieves e intentábamos comprobar una lista no escrita pero marcada a fuego en nuestras mentes y de forma atropellada unas a otras nos preguntábamos si habiamos visto a éste o a aquél.

De esa forma, entre los ruidos de los ladridos, nuestras voces intentando tranquilizar a nuestros perros, nuestras preguntas, el latir de nuestros corazones que nos ahogaba y las lágrimas que retirábamos rápidamente de los ojos para poder seguir buscando a todos nuestros perros, es como llegamos a la dramática conclusión de que unos malnacidos habian aprovechado la noche para robarnos los 9 galgos que teniamos preparados para viajar en pocos dias a Austria, a nuestra queridisima Tata y a nuestro querido bretón Charlie. Sólo Jose, por su timidez, era el único galgo que no habían podido robar.

Los días que siguieron fueron de desesperación total. Por primera vez olvidé a los que estaban en el albergue y me sumergí, con excusas, en el mundo de las “residencias caninas para cazadores” con la esperanza de encontrarles.

Casi todas mantienen a los perros sin que puedan ser vistos, ni siquiera desde dentro, por lo que caminaba despacio por los corredores, hablando fuerte y callando de pronto, lo que pasados unos minutos resultaba chocante al encargado de la residencia y yo dimisulaba con fingidas toses, esperando oir algun ladrido conocido.

Fueron meses de búsqueda infructuosa, en los que contamos con la ayuda de nuestro queridisimo amigo Enrique Tamayo (él está ahora con nuestros robados en el cielo de los animales, donde ya nada hay que temer) y en los que tomamos la decisión de que, pese a todos los problemas que esa decisión conllevaría, en LAS NIEVES contaríamos con guardeses para controlar que algo así jamás volviera a ocurrir.

Desde hace dias, en nuestro facebook dedicamos un dia a un perro determinado, pero hoy, no habrá Perro del Dia. Hoy el día estará dedicado a la memoria de nuestras 11 víctimas y a todos aquellos animales, que habiendo sufrido el abandono y el maltrato, y han encontrado ayuda en un albergue, sufren la dramática experiencia del robo, arrastrándoles a un futuro incierto.

A todos ellos nuestro cariño y nuestro recuerdo.

A nuestro amigo anónimo

26 de Noviembre de 2011

Querido amigo anónimo.

No sabemos si nos sigues a través de facebook o nuestra web, ni en qué momento tu vida se cruzó con la de nuestra aldea y nuestros acogidos.

Cada año, desde hace ya algunos, sabemos de tí a través de esa carta anónima y no sabemos como hacerte llegar nuestra gratitud.

Hoy desde esta ventana abierta a todo el mundo que quiera asomarse a ella y por si estás por ahí, te decimos:
GRACIAS DE TODO CORAZON POR LO QUE TU Y NOSOTROS SABEMOS.

Lametazos de los de 4 patas y un fuerte abrazo de las de 2.
 

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